La publicidad y los medios siempre han explotado el cuerpo de la mujer, lo han utilizado a modo de trampa para las miradas de los espectadores ¿Quién no ha visto el típico anuncio de motos con una rubia impresionante? ¿Recordáis alguno de una Thermomix con un cubano ligero de ropa al lado? No lo creo.

Para entender hasta dónde llega el problema hay que despiezarlo poco a poco. Primero, ¿en qué tipo de eventos encontramos esto? Exacto, en los eventos dirigidos a tíos: carreras de coches, de motos, salones del automóvil, etc. El público masculino es el que importa, ¿Qué más da si una mujer se siente ofendida? ¡Que no venga! Ojos que no ven corazón que no siente ¿no?

Puede ser que penséis, bueno tampoco es tan raro que haya “azafatas”, no pasa nada porque haya una mujer acompañando a los pilotos llevando un parasol… No, señoras y señores, eso no es lo malo. La clave está en cómo son esas chicas, cómo van vestidas y su papel.

No me quejaría si viera una mujer de cuarenta años, una con “kilos de más” o bajita con gafas, pero esto allí no se ve. Son jóvenes esculturales con uniformes de risa, enseñando escote y sin abrir la boca. Porque para eso están las mujeres, para lucir bien junto a los hombres pilotos, que saben conducir, que son admirados, ellas solo son un complemento visual.

Y no, no es necesario que una tía mida 1,80 para llevar un parasol, ni una talla grande de pecho para llevar una camiseta de un patrocinador. Tampoco hace falta que estén posando junto a un coche sonriendo sin decir ni media. Perpetuando la idea de que la mujer busca a un hombre forrado con un buen coche, en vez de comprarse uno ella misma.

Aparte de imponer ese físico que castiga indirectamente a todas las mujeres que no lo tienen, nos dice descaradamente que no les importa el público femenino. Pues tengo un mensaje para publicistas y organizadores de eventos: las cosas están cambiando, las mujeres están empezando a ser conscientes del poder que tienen. Ahora son ellas las que recogen a los tíos en las citas, conducen descapotables, arreglan motos, ganan carreras…

En el último anuncio de Volvo vemos un cochazo en una playa, y su dueña, una mujer con canas, surfeando en medio de una tormenta. Así sí. ¿Tan difícil es?