¿Crees que hay una oprimida y otra liberada? Aunque parezca muy diferente, el origen es el mismo: lo que quieren quienes tienen el poder. En una sociedad machista son los hombres quienes dicen si lo correcto es ir tapadas enteras o ir enseñando lo máximo posible.

En un sitio se castigan las curvas, las canas, las arrugas y se impone el maquillaje, la delgadez, la juventud. Se trata la libertad (y la libertad sexual) en proporción a la poca ropa que lleven. El fin es disfrutar del cuerpo de las mujeres porque se creen con ese derecho. En cambio en otro sitio se castiga mostrar el cuerpo, excepto cuando el dueño (marido) decida.

El conflicto no está en si una mujer se pone un escotazo o velo sino en por qué el patriarcado tiene que imponer un modelo de conducta en función a sus deseos. Una mujer no es más libre por llevar más o menos cosas encima.