Revistas para adolescentes

La adolescencia es un periodo clave en la vida de las mujeres. A las niñas se les obliga a convertirse, de la noche a la mañana, en otro tipo de persona. Pasan de jugar en casa, ser tiernas y centrarse en el colegio a interesarse por su imagen, el amor, el sexo, el futuro (sin atisbo de independencia) y los cambios de su cuerpo. Comienza el proceso de preparación de la futura mujer a disposición de los hombres.

El sistema patriarcal ya se han encargado de hacerles saber cuál es su futuro mostrándoselo un millón de veces a su alrededor: anuncios, libros escolares, películas, cuentos, etc. Pero hay ciertos temas que no se tratan de forma directa, mucho menos suelen hablarlos en casa, aunque haya madres progres no llegan tan lejos. Estos temas son, en el fondo, uno solo: «los chicos».

Para resolver estas dudas y guiarlas, se han creado manuales: las revistas para adolescentes. Por supuesto son para público femenino, los niños a esas edades leen sobre videojuegos o deportes. En ellas se tratan temas variados, por lo general de temática sexual, con un aire desenfadado para acercar poco a poco ese gran tabú. Incluyen algún test, consultorio, experiencias personales, artículos sobre sus ídolos, etc., el equivalente a las revistas de cotilleos y salud que leen sus madres.

Esta aproximación a las relaciones es positiva, el problema está en el fuerte sexismo y en que todos estos consejos no funcionan si se salen del modelo de chica esperado. Por otra parte, ese mensaje de buen rollo contrasta con el que reciben los chicos: «que no te pesquen», «no seas cursi», lo que genera mucha confusión a la hora de relacionarse. Resultado: ellas se acercan sutilmente intentando crear lazos pero sin que el chico se asuste por el pánico al compromiso que le han inculcado.

Analicemos el proceso y las contradicciones. Primero, la chica debe esforzarse para parecer atractiva y recibir el visto bueno de los hombres (pero sin pasarse). En segundo lugar, debe encontrar un chico y no intentarlo con demasiados (otro límite) porque las etiquetas a esa edad son muy fáciles de poner y el instituto castiga duramente. Después, debe trabajar la intuición y la comunicación para decir la frase correcta, de la forma correcta, en el momento correcto, no vaya a ser que el tío salga corriendo. Es decir, tiene que mantener una postura activa, pero pasiva a ratos, expectante y paciente ¡y lo peor es que puede que ni siquiera reciba una respuesta!

El objetivo, como siempre, es inculcar el modelo de pasividad y conformismo que choca con la vida real y con la educación que han recibido ellos. Mantienen a las mujeres en un limbo de inseguridad donde cualquier paso en falso puede ser determinante para el resto de su vida.

El cuento de toda la vida, solo que ahora no puedes ya ni quedarte encerrada en la torre tranquilamente esperando, tienes que ir a llamar a la puerta del príncipe y decirle «no te asustes pero se supone que tienes que rescatarme, cuando a ti te venga bien y tal».

 

 

 

Un comentario

  • Recuerdo un consejo de conquista de una de estas revistas que se me grabó para siempre… decía algo como «ves con un grupo de amigas que no sean mas guapas que tu pero tampoco muy feas». Luego que si laa mujeres somos envidiosas…

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