Escuchamos mil veces todo tipo de técnicas para volver seguras a casa: lleva el móvil a mano, coge las llaves como un objeto punzante, no andes cerca de la pared, avisa por dónde vas…
Además, también nos aconsejan «no ir provocando», es decir, ir tapadas hasta arriba, como si llevar una falda fuera una invitación, o ir vestida de monja fuera un seguro de vida (JA).
Todo se centra en nosotras, cuando somos las menos responsables de lo que nos pueda pasar. Y cuando escuchamos frases como «no deberías ir sola por la calle de madrugada» pensamos «precisamente las mujeres no somos el peligro, los consejos y advertencias deberían ir en la otra dirección»
cuanta razon
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