Esta semana los bares, pubs y discotecas se suman a la moda estadounidense de decorar los establecimientos con calaveras, calabazas, murciélagos, telarañas… la gente se disfraza y va a las fiestas temáticas. Como cualquier otro sábado te lo puedes pasar genial, solo que quizás te encuentres personajes un tanto peculiares… ¡pero para eso estoy yo! Con esta práctica guía sabrás a lo que te enfrentas y cómo evitarlo.
Si por casualidad se entera de que eres feminista… ¡prepárate para el espectáculo! El vampiro usará todas sus armas para seducirte, no te impresiones si llega a decir frases como «reniego de mi género». Es una difícil tarea diferenciar si lo dice de verdad o es pura estrategia. Como va de feminista será respetuoso así que no tienes que preocuparte, es inofensivo.
Como el monstruo del Doctor Frankenstein, este también está formado por diferentes partes, concretamente ideologías: le preocupan los animales, el medioambiente, la pobreza, el racismo… y puede que en principio le importe también la igualdad de derechos, pero no por eso debe asumir que no tiene comportamientos machistas y que es un perfecto aliado, no funciona así ¡ojalá fuera tan fácil!
Lo que comúnmente en el día a día conocemos como cuñado, en Halloween es la momia. Según la conversación avance oirás frases como «yo no soy machista ni feminista, creo en la igualdad» -más vale que consulte el diccionario- «las feministas de verdad eran las de antes» -será que prefería algo más directo como romper escaparates o explotar buzones- o «estoy a favor del feminismo pero no del hembrismo» -aquí la mejor opción es retirarse porque la pedagogía NO SIRVE-. Te dará la chapa toda la noche porque les gusta tener conversación y exponer todos sus conocimientos. Esto se conoce también como Mansplaining, el fenómeno que ocurre cuando un hombre quiere explicarte cosas que tú conoces mejor que él. Probablemente no se haya leído ni un artículo de género, pero actuará como el que tiene un doctorado.
«No creo en géneros, creo en personas» esto suena genial, es lo ideal, no hay diferencias, todo está bien, lo malo es que empiezas a profundizar un poquito y asusta. Estos entes son difíciles de ver, en sus mejores momentos parecen adeptos de la ideología Queer, pero no. Esta excusa suele salir para quitarle importancia a las cuotas, ya que los puestos deberían ocuparlos «los más válidos», para desmitificar la violencia contra las mujeres, según ellos la violencia «no tiene género», tampoco existen juguetes sexistas, las niñas pueden jugar con lo que quieran -la teoría ya la sabemos-. Así una larga lista, pero en una sociedad donde la desigualdad de género atraviesa todos los ámbitos no puedes quedarte tan tranquilo diciendo que no eres machista porque no crees en los géneros.
A pesar de los personajes terroríficos que puedes encontrarte, esta noche está para disfrutarla. Haz un aquelarre con tus brujas feministas favoritas, tomaos pócimas de la risa y tened preparadas las calabazas para cuando venga el pesado de turno ¡Os lo pasaréis de miedo!
No entiendo la frase “estoy a favor del feminismo pero no del hembrismo” -aquí la mejor opción es retirarse porque la pedagogía NO SIRVE»
¿El feminismo no es «igualdad»? ¿El hembrismo no es la supremacía de la mujer por encima del hombre? ¿Lo que viene a ser el equivalente al machismo pero en la mujer? Entonces, esa frase ¿no es como decir «estoy a favor de la igualdad pero no del machismo»?
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La diferencia es que el «hembrismo» no es más que un concepto, no existe como sistema opresivo real. En ninguna parte del mundo los hombres cobran menos por el mismo trabajo, son despedidos cuando tienen hijos, son utilizados en la publicidad como mero objeto de deseo para las mujeres, etc. Y explicarle ésto a un hombre que va de «igualitario» no suele surtir efecto, por eso dice que la pedagogía no sirve en éstos casos.
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Laura, el hembrismo directamente no existe. Lo acabas de definir tú: «la supremacía de la mujer por encima del hombre». ¿Conoces algún país, cultura, civilización, donde un sistema político, cultural, social y económico oprima al género masculino y le de privilegios al femenino? ¿No, verdad? Pues entonces, es que «el quivalente al machismo pero en la mujer» NO EXISTE.
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No creo que Laura necesite saber que el hembrismo no existe. Ella uso el término como generalmente se difunde. Que no exista no significa que por ello dejen de utilizarlo.
Me parece que justo eso mismo es el recurso para devolverles con sus propios términos la estupidez a la que hacen referencia.
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