El cine de Hollywood tiene una asignatura pendiente: el feminismo. Ya he hablado sobre la figura de “el héroe” antes, esta vez voy a detenerme en la escasa presencia de las mujeres en la mayoría de producciones.
El test de Bechdel es una forma de detectar la brecha de género. Para que una película (aunque esto también es aplicable a libros, cómics, obras de teatro, etc.) pase el test tiene que cumplir este requisito: que haya como mínimo dos mujeres con identidad que hablen entre ellas de algo que no sea un hombre. Os animo a comprobarlo y, por curiosidad, con el género masculino también.
Aclaro antes de que se lleven las manos a la cabeza que esto no indica que una película sea mala o que haya que rechazarlas, pueden ser maravillosas, de nuestras favoritas y que sus recuerdos nos acompañen toda la vida. Tampoco indica que una película sea o no machista, puede superar el test y ser misógina y al revés: no pasarlo pero ser feminista.
¡Hagamos un pequeño repaso cinéfilo! Grandes clásicos: Casablanca, La naranja mecánica, Ciudadano Kane, El padrino, Regreso al futuro El crepúsculo de los dioses, Braveheart, Vértigo, Sed de mal, Lawrence de Arabia, El resplandor, Forrest Gump, Indiana Jones, Pulp fiction, El club de la lucha, etc. Podéis continuar la lista y comprobaréis que casi ninguna pasa el test.
Cuando la situación se produce a la inversa, es decir, cuando aplicamos el test al género masculino sin éxito, automáticamente la película pasa a ser cine para mujeres (Thelma y Louise, Las horas, Criadas y señoras), mientras el resto no se considera cine para hombres, sino universal.
Esto pasa en la gran pantalla pero también detrás de las cámaras: se estima que actualmente solo un 7% de las películas son dirigidas por mujeres y que en guión, producción, fotografía y edición, la cifra ronda el 17%. Por no hablar de la brecha salarial. En 2013, los actores ganaron casi el triple que las actrices, por cada dólar que se llevaron, ellas solo recibieron 40 centavos.
La conclusión al ver estas cifras es clara: necesitamos más presencia de mujeres, detrás y delante de las cámaras, igualdad en los salarios y romper con los estereotipos.